Camino mientras se desparraman angeles invisibles en la noche sola sin estrellas. Resuenan gritos lejanos de olvido y olvidados en mi mente y una corazonada reprime mi llanto del tenue insulto del angel vulnerado. Busco la botella que redima mi alma, y aun sin papelitos de valor camino por la noche en busca de la aventura restauradora del irreversible camino hacia la muerte. Y en la tibieza de la espuma de la cerveza viven esperanzas sueños y besos y abrazos, más cuando las agujas del juez de la sentencia interpela la moralina barata de los que creen en lo superfluo del andar cotidiano sin el objetivo concreto del otro y sin tener un poco de amor para ofrecer.